Como el de mi pueblo, pero en casa.

Trigo banco ecológico y pipas de girasol. Nada mas.

Por no tener, no tiene ni molde. El último toque lo hice a mano.

Tiene el aspecto de los panes de pueblo de toda la vida. Y la molla, también. Como mola. :)

Puedo hacerlo mejor, pero no puedo hacer mas kilos... Por ahora.

He aprendido cosas nuevas desde la última vez. Lo que quiero es pasar menos tiempo en la cocina, o hacer mas pan en el mismo tiempo. ¿Cómo se consigue? Básicamente solapando tareas en los tiempos de espera... Es fácil, verdad?

Así es que puedo hacer ahora el doble de pan, invirtiendo sólo un 30% mas de tiempo.

A todo esto, marco los envases para no confundir uno con otro.

En fin, estas son algunas de las cosas que me gustan de hacer pan: Aprender, y escuchar música mientras los elaboro.

En la foto final faltan dos panes. Nada mas salir del horno salieron corriendo en busca de una boca en la que esconderse. Cosas de panes. 

Retomando el hábito, que hace al monje.

Después de un obligado parón, puedo retomar algunas de mis devociones, la artesanía de hacer Pan.

Gracias a los apuntes guardados me ha resultado muy sencillo el procedimiento.
Mezclo harinas, y semillas.

Se me había olvidado el riquísimo aroma que se queda en la casa una vez acabado todo... Que delicia 😋